Desde su nacimiento, cada niño es un «tesoro» que está lleno de potencial. Por este motivo, entender la educación desde el acompañamiento a la infancia, la autonomía y la enseñanza en valores es una parte fundamental de la metodología Ninos.
Acompañamos a cada niño y niña atendiendo a su capacidad innata para aprender, experimentar y crecer. Esto genera un vínculo que facilita su desarrollo social y emocional. En nuestras escuelas, creamos y construimos estos entornos seguros, afectivos y respetuosos para promover esa evolución cognitiva desde la sensibilidad y la responsabilidad social. Una meta que es posible gracias a una mirada competencial que va más allá del aprendizaje tradicional.
La magia de crecer en Ninos se despierta con las emociones, ayudándoles a reconocer, entender y gestionar sus propios sentimientos, así como también los de su entorno más cercano. De esta forma, niños y niñas comienzan a descubrir el mundo, ya descubrirse a sí mismos, cultivando una inteligencia emocional que será la base de su aprendizaje.
A través del juego conectan cada aprendizaje con su mundo interior de forma natural y creativa, explorando y experimentando. Sus sonrisas son un reflejo único de un entorno afectivo y positivo, donde niños y niñas pueden avanzar con confianza. Jugar y sonreír no sólo son actos espontáneos, sino que son las claves para crear espacios seguros y colaborativos, donde la convivencia se construye mediante la curiosidad y el bienestar de las criaturas.
Trabajar de forma cooperativa, desde el respeto mutuo y la comunicación son parte indispensable de esta fórmula. Un proceso educativo con el que, desde la primera infancia, trabajamos para que las criaturas crezcan aplicando su propio razonamiento, facilitando su toma de decisiones fortaleciendo el suyo pensamiento i la estimulación cognitiva.

